sábado, 21 de noviembre de 2020

“El Señor llamó”.

La centralidad y señorío de Jesucristo no debe mirarse solamente a partir de habernos salvado y librado del pecado.

Su Obra majestuosa en la cruz fue mucho más allá de librarnos del pecado.

Ocurre que muchas veces creemos que Dios recurre a un plan de salvataje mediante Jesucristo, y lo envía a la tierra a morir en la cruz solamente por nuestros pecados. Y esa es una mirada corta, centrada en nosotros, y no nos deja ver que el Mesías en la cruz cubrió y cumplió muchos otros aspectos, que incluyen nuestra salvación, pero hay mucho más. Mucho más.

Más adelante, en el capítulo acerca del Propósito eterno de Dios, abordaremos profundamente Su Voluntad Eterna, pero aquí queremos dejar sentado que:

 

El Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO,

no sólo de la historia terrenal de los hombres.

 

1° Pedro 1:20

 Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros.

La idea más difundida –a la cual consideramos errónea- dice que el Mesías crucificado fue sólo un plan de rescate de Dios frente al pecado del hombre. Pero el Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO, es decir, va mucho más allá de la historia terrenal de los hombres y el pecado.

La idea de que la cruz sea un principio eterno de Dios puede provocar sorpresa en algunos. Pero es así. No se trató de una idea que surgió ante la masacre del pecado. En ese sentido, DIOS NO ES REACTIVO A LAS CIRCUNSTANCIAS.

El principio del Mesías dando Su Vida siempre ha constituido el principio de acción por el cual el Padre ha llevado a cabo su divina intención de DARSE A SÍ MISMO.

El principio de Su Inmolación es que Él se reparte Sí Mismo, ofrece Su Vida, para que sea incrementada y multiplicada en otros. Y esto ocurrió primero en la eternidad, luego se manifestó en el Edén (en el fruto del árbol de la vida) y por último en la cruz del Gólgota.

Profundizaremos estos puntos más adelante. Ahora sólo disfrute de estos hechos que han sido un misterio guardado en el corazón de Dios, y que nos revela por medio de Su Espíritu.

 

En el siguiente apartado, trataremos de dejar una llama encendida al hablar de las 5 ofrendas que se llevaron a cabo con el Mesías en la cruz.

 

Las 5 Ofrendas.

Cuando el hombre sólo ha visualizado su contexto y circunstancia natural, sólo puede entender la cruz como la respuesta de Dios al pecado. Y en verdad la cruz fue la respuesta del Dios al pecado, pero fue algo más.

Al menos 5 cosas pasaron cuando el Cordero Eterno entregó Su preciosa vida en sacrificio.

 

En los primeros siete capítulos de Levítico se presentan las 5 ofrendas que Dios solicitaba y le fue comunicada a Moisés.

 

a)      Holocausto (Levítico 1)

b)      Ofrenda vegetal (Levítico 2)

c)       Ofrenda de paz (Levítico 3)

d)      Ofrenda por el pecado (Levítico 4-5:13)

e)       Ofrenda por la culpa (Levítico 5:14-7:38)

 

Todas estas ofrendas, mostradas como sombras y figuras en el Antiguo Pacto, fueron cumplidas en sustancia real y perfección por el Mesías en la cruz.

Empezaremos a detallarlas de atrás hacia adelante. Luego entenderá por qué.

 

Ofrenda por la culpa.

El hombre peca debido a que tienen en sí la naturaleza de pecado.  En otras palabras, no se hace pecador, sino que nace pecador, porque pecado no son “actos que comete el hombre”, sino una naturaleza, que es ajena a Dios.

Ahora bien: a causa de esa naturaleza, el hombre comete pecados (ahora sí, actos), que derivan de la naturaleza que lo cubre.

Estos pecados (actos) producen culpa y daños que, aunque hayan sido hechos “sin querer causarlos”, deben ser expiados y pagados por medio de una ofrenda sacrificial:

 

Levítico 5:14:16 

14 Habló el Señor a Moisés, diciendo: 15 Si alguno comete una falta y peca inadvertidamente en las cosas sagradas del Señor, traerá su ofrenda por la culpa al Señor: un carnero sin defecto del rebaño, conforme a tu valuación en siclos de plata, según el siclo del santuario, como ofrenda por la culpa. 16 Hará restitución por aquello en que ha pecado en las cosas sagradas, y añadirá a ello la quinta parte, y se lo dará al sacerdote. Y el sacerdote hará expiación por él con el carnero de la ofrenda por la culpa, y le será perdonado.

 

Mateo 26:26-28 

26 Y mientras ellos comían, tomó Jesús un pan, y habiendo pronunciado la bendición, lo partió, y dándolo a los discípulos, dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo. 27 Y tomando una copa, dio gracias y se la dio, diciendo: Bebed de ella todos, 28 porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de pecados. [1]

 

Vemos entonces que la obra perfecta del Cordero de Dios pagó el precio por la culpa de los pecados.

 

Ofrenda por el pecado

Levítico 4:4-12

 4 Traerá el novillo a la puerta de la tienda de reunión delante del Señor, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará delante del Señor…… 

 

Note esto: quien traía el novillo (es decir quien necesitaba el beneficio de la ofrenda) tenía la oportunidad de poner su mano sobre la cabeza del novillo, lo cual significaba transferirle su pecado a quien iba a ser sacrificado.

 

Él tomó nuestra posición con todas sus consecuencias, para que nosotros pudiésemos tener la Suya y sus consecuencias.

2 Corintios 5:21

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.

 

Considere querido lector este punto vivencial y profético: lo que significa el acto espiritual de transferencia de nuestro pecado al cordero eterno. No es una revelación más: no es un simple “levantar la mano” en la congregación. Es un acto trascendental, cuando entendemos en nuestro espíritu que hemos “puesto nuestra mano en el Cordero para que lleve nuestro pecado”.

Esta es una de las marcas que dan testimonio en nuestro espíritu del nuevo nacimiento: que sabemos con convicción que a Él entregamos una naturaleza muerta, y Él la llevó a Su cruz.

 

Volvemos a Levítico 4:

5 “Luego el sacerdote ungido tomará de la sangre del novillo y la traerá a la tienda de reunión, 6 y el sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará de la sangre siete veces delante del Señor, frente al velo del santuario. 7 “El sacerdote pondrá también de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático que está en la tienda de reunión delante del Señor, y derramará toda la sangre del novillo al pie del altar del holocausto que está a la puerta de la tienda de reunión. 8 “Y quitará toda la grasa del novillo de la ofrenda por el pecado: la grasa que cubre las entrañas, toda la grasa que está sobre las entrañas, 9 los dos riñones con la grasa que está sobre ellos y sobre los lomos, y el lóbulo del hígado, que quitará con los riñones 10 (de la manera que se quita del buey del sacrificio de las ofrendas de paz); y el sacerdote los quemará sobre el altar del holocausto. 11 “Pero la piel del novillo y toda su carne, con su cabeza, sus patas, sus entrañas y su estiércol, 12 es decir, todo el resto del novillo, lo llevará a un lugar limpio fuera del campamento, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña; lo quemará donde se echan las cenizas.

 

Parte de esta ofrenda por el pecado - al igual que la ofrenda por la culpa- era quemada dentro del campamento....sólo una parte. Pero otra gran parte se quemaba fuera del campamento, lo que significaba que habían residuos indignos.

El escritor de Hebreos pone luz sobre el significado de la parte que se quema fuera del campamento:

Hebreos 13:12 

Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.

Ofrenda de paz (u ofrenda de comunión).

Esta ofrenda por la paz es distinta a las 2 anteriores. Esta ofrenda es una ofrenda de olor grato y fragante al Señor:

Levítico 7:28-36

28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30 Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31 Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32 Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33 El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.

 

Recuerde querido lector que estamos planteando la centralidad de Cristo: describiendo a la Persona central de la creación, quien sostiene todas las cosas con Su Palabra, y quien se dio a Sí Mismo como ofrenda, para repartirse en todos.

Y en esta ofrenda de Paz, el pensamiento central es la comunión de Dios con el Hijo y con el adorador. Cuando el Mesías fue a la cruz, perfeccionó la adoración y la intimidad. De esto trata esta ofrenda. De la comunión, compartir el alimento en comunión con Dios y en comunión con mis compañeros de sacerdocio. Porque en ella, los hijos de Aarón participaban de la mesa y la comida junto con otros hermanos, y con Dios mismo.

Me alimento con el feliz conocimiento de que el mismo alimento que me alimenta satisface el corazón de Dios. Y la misma porción que me alimenta, alimenta a mis compañeros en adoración: comunión con Dios y con los santos. El profundo espíritu de la cena del Señor engloba este sacrificio.

Cuando nuestro Señor Jesucristo fue a la cruz, cumplió a la perfección esta ofrenda, y perfeccionó la más pura unidad de Dios con el Hijo y con Su pueblo.

1 Juan 1:3

3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

 

Lea querido lector nuevamente el pasaje anterior de Levítico 7:28-36, y observe que allí´ se prepara un banquete, donde nuestro Padre permite a sus hijos comer parte de la ofrenda que Él mismo acepta.

Y aquí ya no hay nada que tenga que ver con pecado ni culpa, por ello se trata enteramente de una ofrenda de olor fragante para Dios. Atrás, muy atrás quedó el pecado. Ahora el Mesías como sacrificio perfecciona la comunión, la unidad y la adoración.

 

Considere que hay un orden en las 5 ofrendas que estamos entendiendo. Y nuestro camino en ellas debe ser ordenado...comenzando a cumplir y vivir primero la ofrenda por la culpa y el pecado, lo que continúa en la revelación de la ofrenda de paz, para continuar aclarando la cuarta ofrenda:

 

Ofrenda vegetal -o de cereal-

Es la cuarta ofrenda, pero la segunda de olor fragante.

Esta ofrenda se refiera a Cristo como el hombre perfecto y puro. Observamos aquí su maravillosa Persona y su vida santa, sin mancha, que siempre fue un grato olor para Dios. Tampoco aquí hay presencia de pecado ni culpa: cosas que quedaron atrás.

Recuerde que:

 

El Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO,

no sólo de la historia terrenal de los hombres.

 

Levítico 2:1-3 

1 “Cuando alguien ofrezca una ofrenda de cereal como ofrenda al Señor, su ofrenda será de flor de harina, sobre la cual echará aceite y pondrá incienso. 2 “Entonces la llevará a los sacerdotes hijos de Aarón; y el sacerdote tomará de ella un puñado de la flor de harina, con el aceite y con todo su incienso. Y el sacerdote la quemará como memorial sobre el altar; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor. 3 “El resto de la ofrenda de cereal pertenece a Aarón y a sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas encendidas para el Señor.

 

La ofrenda vegetal apunta a Dios hecho hombre: a Jesucristo hombre.

El pan que se cocía para esta ofrenda estaba hecho de flor de harina y aceite. La flor de harina tipifica Su humanidad impecable y perfecta. El aceite nos habla de la gracia y el poder del Espíritu Santo, que siempre caracterizaron la vida del Señor.

En esta ofrenda no había derramamiento de sangre porque nos habla de las perfecciones de la vida de Cristo. Es decir que aquí no hay una figura de Cristo llevando sobre sí el pecado: aquí prefigura Su Perfecta Vida en la tierra.

El hermano Jason Henderson escribe:

“No tiene levadura, es decir, no tiene nada de lo primero, nada de Adán. La levadura es un cuadro muy interesante, porque es algo que crece, es algo que vive en el pan, que afecta la masa; un poquito de levadura puede afectar toda la masa.

Nadie podía ofrecerle a Dios una ofrenda con levadura.”

 

El autor McKintosh agrega sobre esta misma ofrenda:

“Pero en la ofrenda vegetal o de cereal ni siquiera había derramamiento de sangre, encontramos en ella una hermosa figura de Cristo, como vivió, anduvo y sirvió en la tierra.

Sin embargo, existe una consideración que debe pesar grandemente en las apreciaciones de todo cristiano: la naturaleza vital de la doctrina de la humanidad de Cristo. Se encuentra en el fundamento mismo del cristianismo; y, por esta razón, Satanás ha buscado diligentemente, desde el principio, inducir a la gente a error a este respecto.”

 

McKintosh agrega:

“Casi todos los errores principales que se han introducido en la iglesia revelan el propósito satánico de minar la verdad en cuanto a la persona de Cristo. Y hasta hombres piadosos al pretender combatir esos errores caen, en muchos casos, en errores del lado opuesto. De ahí la necesidad de prestar atención a las propias palabras que el Espíritu Santo hizo uso para revelar este sagrado y profundo misterio.”

 

Levítico 6:14-18

14 “Esta es la ley de la ofrenda de cereal: los hijos de Aarón la presentarán delante del Señor frente al altar. 15 “Entonces uno de los sacerdotes tomará de ella un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, con su aceite y todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal, y la quemará sobre el altar; es aroma agradable, su ofrenda memorial para el Señor. 16 “Y lo que quede de ella, Aarón y sus hijos lo comerán. Debe comerse como tortas sin levadura en lugar santo; en el atrio de la tienda de reunión lo comerán.17 “No se cocerá con levadura. Se la he dado como parte de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.18 “Todo varón entre los hijos de Aarón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para el Señor. Todo lo que las toque quedará consagrado.”

 

Aquí tenemos una figura de la Iglesia alimentándose en el LUGAR SANTO, en el poder de la santidad de las perfecciones del HOMBRE JESUCRISTO. Es nuestra porción.

 

Holocausto.

En nuestro estudio y abordaje, se trata de la quinta ofrenda. Pero como mencionamos, nosotros estamos estudiando las ofrendas de atrás hacia adelante, por lo que en realidad, desde el punto de vista de Dios, esta es la primer ofrenda. El Holocausto.

 

Levítico 1:1-9    

1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: “Cuando alguno de vosotros traiga una ofrenda al Señor, traeréis vuestra ofrenda de animales del ganado o del rebaño. 3 “Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor. 4 “Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él. 5 “Entonces degollará el novillo delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán por todos los lados sobre el altar que está a la entrada de la tienda de reunión. 6 “Después desollará el holocausto y lo cortará en pedazos. 7 “Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña sobre el fuego.8 “Luego los sacerdotes hijos de Aarón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. 9 “Pero las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

 

El holocausto era el sacrificio de más elevado orden, porque representaba Cristo ofreciéndose a Sí mismo a Dios. Cristo en el holocausto se ofrece a Sí Mimos exclusivamente para la vista y el corazón de Dios.

Sólo el Padre podía apreciar toda lo que allí sucedió. En este punto, la cruz encierra algo que solo la mente divina puede leer. Ni los hombres ni los ángeles pueden siquiera percibir las grandezas del holocausto. Entre el Gólgota y el cielo nadie podría haber decodificado el mensaje.

En el holocausto tenemos una figura de Cristo que "se ofreció a si mismo inmaculado a Dios": sin rastro del pecado.

¿Quién podría haber sondeado la pureza más perfecta que ha existido en la creación? Solo Dios, solo Él puede haber DISFRUTADO de la ofrenda del Holocausto, porque nadie conoce al Hijo sino el Padre.

 

Hebreos 10:5-10

Sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mi;

6 en holocaustos y sacrificios por el pecado no te has complacido.

7 Entonces dije: “He aquí, yo he venido (en el rollo del libro esta escrito de mi para hacer, oh Dios, tu voluntad.”

8 Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley), 9 entonces dijo: He aquí, yo he venido para hacer tu voluntad. El quita lo primero para establecer lo segundo. 10 Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre.

 

Levítico 1:4       

4 “Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él.."

 

Ya aquí el poner la mano sobre la cabeza de la ofrenda no era para transferir el pecado ni la culpa, sino como completa identificación y unidad entre el oferente y la ofrenda, y su más íntima consustanciación.

 

1 Juan 4:17       

17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.

 

1 Corintios 6:17

17 Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El.

 

El Holocausto es otra dimensión, donde ya no hay pecado, ni rastro de él. De hecho, “los hijos de Aarón” preparaban la leña y el fuego no como “pecadores perdonados”, sino como casa sacerdotal santa, en adoración:

 

Levítico 1:7-9    

“Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña sobre el fuego. 8 “Luego los sacerdotes hijos de Aarón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. 9 “Pero las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

 

Hemos visto hasta aquí 5 ofrendas, 5 aspectos que cubrió nuestro precioso Señor Jesucristo en la cruz. La ofrenda por la culpa y el pecado eran “quemadas fuera” del campamento, porque en ellas había los restos del pecado. Pero la ofrenda de paz, la ofrenda vegetal y el holocausto eran de olor agradable al Señor.

En las primeras había dolor. En las otras, disfrute: fueron dos copas distintas que el Señor tenía que beber:

Lucas 22:42      

42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Juan 18:11        

11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?

 

 

Hemos estudiado las ofrendas en este orden:

 

  • Ofrenda por la culpa; Ofrenda por el pecado; Ofrenda de paz; Ofrenda vegetal; Holocausto.

 

Pero la Escritura, en Levítico, las enumera en sentido contrario:

 

  • Holocausto; Ofrenda vegetal; Ofrenda de paz; Ofrenda por el pecado; Ofrenda por la culpa.

 

¿Por qué hemos intercambiado el orden? Porque nuestro Dios viene a nuestro encuentro es un sentido…desde el Holocausto. Y nuestro camino hacia Su encuentro comienza por la ofrenda por la culpa. Pero en un sentido o en otro, el encuentro eterno de Dios con el hombre es en la ofrenda perfecta: en la Persona de JESUCRISTO.

 

Todos los nombres de los libros de la Toráh han sido cambiados y manipulados por los traductores. En realidad, cada libro de la Toráh lleva el nombre de sus primeras palabras. “Bereshit” significa “En el principio”. En español se le llamado Génesis.

¿Cómo comienza el libro que conocemos como Levítico? Con la palabra VAYIKA, que significa "El Señor llamó”.

El Padre llamó desde la eternidad, y habla del Holocausto. El hombre comienza con la expiación del pecado y la culpa. Dios va en dirección al hombre, y Su Llamado atrae al hombre. Dios desde Su Eternidad....el hombre desde su pecado....ambos convergen en la cruz.

Todo este proceso ocurre cada día en la vida de cada santo: cada día, y de manera creciente, cada santo va creciendo en el proceso...pero también ocurre corporativamente a TODO el HIJO, hasta llegar a la estatura del varón perfecto.

 

1 Juan 3:1-3

1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro. 

 



[1] Si quiero entender el valor de la Sangre debo aceptar la importancia que Dios le da. La sangre del Mesías no tiene el valor que yo le atribuyo, sino el valor que Dios le da. Y recordemos que la sangre del Mesías satisface la deuda de justicia que tenemos con Dios.