miércoles, 17 de diciembre de 2014

CRISTO EN NOSOTROS, GESTÁNDOSE.

Bosquejo de un mensaje predicado en Mendoza, el 22 de enero de 2012.

En la vida en Cristo no pueden quedar materias pendientes a nuestras espaldas: lo que no aprobamos, se debe volver a cursar. Y existe una materia que si o si debemos aprobar: la administración de la Gracia.
No es posible llevar fruto espiritual sin comprender plenamente la gracia de Dios.
Es mas, ignorar la gracia de Dios es causa de amargura, de estorbo, y de contaminación: “Mirad bien que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que ninguna Raíz de amargura brote y cause estorbo, y que por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:15)
El desconocimiento de la gracia causa en los creyentes la idea de que Dios es un ser terriblemente exigente que, en definitiva, parece que no quiere lo mejor para uno.

Y hablamos de gracia simplemente como un “regalo inmerecido”. Pero ¿de qué –o de quien- se trata? ¿De qué regalos no hablan cuando nos hablan de Gracia?

Colosenses 1:4-6, 24-29
“hemos Oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis por todos los santos, a causa de la esperanza reservada para vosotros en los cielos, de la cual habéis Oído en la palabra de verdad del evangelio que ha llegado a vosotros. Y así como está llevando fruto y creciendo en todo el mundo [fructificad y multiplicaos], lo mismo sucede también entre vosotros desde el día en que oísteis y comprendisteis plenamente la gracia de Dios”.

24 Ahora me regocijo en los sufrimientos por vosotros, y completo en mi carne lo que faltaba de las aflicciones del Mesías por su cuerpo, que es la iglesia; 25 de la cual yo llegué a ser ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, a fin de que proclame plenamente la palabra de Dios; 26 el misterio oculto desde los siglos y edades, pero ahora manifestado a sus santos, 27 a quienes quiso Dios dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria; 28 a quien nosotros anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, para presentar a todo hombre perfecto en el Mesías; 29 en lo cual también me fatigo, luchando conforme a su potencia, la cual actúa poderosamente en mí.

GRACIA es más que “un regalo inmerecido”. GRACIA es una persona: es CRISTO MISMO IMPARTIDO EN NOSOTROS.

Existe un océano de separación entre vivir “una vida correcta a los ojos de Dios” y experimentar que “Cristo vive en mi”. Y vamos a ver que hay algo mayor a “Cristo en mi”: CRISTO EN NOSOTROS.

¿Cercanos a Dios? ¿O unidos a Él?

Hace un tiempo, el Señor fue claro a nuestro espíritu al decir: “Todavía tienen conciencia de estar separados de Mi”.
Una verdad perturbadoramente cierta: aun mantenemos una concepción de estar separados, apartados del Señor.
Pensamos en términos errados. Concebimos “agradarle”, “servirle”, “ser usados por Él”, y cientos de acciones mas, que hacemos “frente” a Cristo, y no "en Cristo". Aun no asumimos ideas simples como que Cristo esta impartido en nosotros, y nosotros en Cristo.
La idea básica del “cuerpo” aun no la digerimos. Cristo en nosotros, EN NOSOTROS, esperanza de gloria.
Mantenemos ideas de distancia, de separación, mientras el Señor dice: “Separados de mi, nada podréis hacer”. El que se une al Señor, un espíritu es con Él.
De alguna manera, GRACIA ES LA SANA CONCIENCIA QUE NACE DE LA CERTEZA QUE CRISTO VIVE EN MI. Así, podemos afirmar que “Cristianismo no es lo que yo hago por Cristo, sino lo que Cristo hace a través mío”.

Pablo tenía la concesión de la palabra, porque Cristo actuaba poderosamente en él. Pero esto es producto de la más alta sana conciencia: la fe.
¿Sabes lo que Cristo ha hecho hoy? La respuesta a esta pregunta es casi igual a esta otra: ¿Qué ha hecho hoy el Cuerpo de Cristo en esta ciudad?
Nuevamente sea dicho: "Servicio no es lo que yo hago para Dios, sino lo que Dios hace a través mío".
Gálatas 2:19:20
19 Con el Mesías he sido juntamente crucificado, 20 y ya no vivo yo, sino que el Mesías vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a sí mismo por mí.

Mantenemos ideas de distancia, de separación. Por eso no ha habido poder: es una cuestión de conciencia y reconocimiento.
¿Sabes quien le predicó la verdad del evangelio a Pablo?
Gálatas 1:11-15
11 Porque os hago saber, hermanos, que el evangelio proclamado por mí, no es según hombre; 12 pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre, sino por revelación de Jesús el Mesías.
15 Pero cuando el que me separó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, se agradó de revelar a su Hijo en mí para que lo proclamara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre;

¿Quién crees que te predicó la verdad del evangelio a vos? Jesucristo. Esto fue así, aun cuando Dios usó a un hombre para ello.
¿Sabes quién le enseñaba a Pablo todos los misterios?
¿A quién le atribuyes tus conocimientos y revelaciones? ¿A un hombre? ¿A un libro? ¿A tus habilidades? Hemos contristado al Espíritu Santo si así hemos hecho.

Toda la obra de transformación en nosotros la hace el mismo Espíritu Santo. Y esto no es solo al comienzo de nuestra vida en Cristo, sino siempre.
¿Qué nos hace pensar que solo el “recibir a Cristo” fue obra del Espíritu Santo, y de ahí en mas vale solo nuestro esfuerzo humano y carnal para continuar creciendo?. El hombre del espíritu sabe que Dios nos trajo a Su vida, y así como comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará en el día de Cristo Jesús.
Gálatas 3:1-3
1¡Oh gálatas insensatos, ante cuyos ojos Jesús el Mesías fue exhibido crucificado! ¿Quién os fascinó? 2 Sólo esto quiero averiguar de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por la predicación de la fe? 3 ¿Tan insensatos sois? ¿Habiendo comenzado en el Espíritu, ahora os perfeccionáis en la carne?
Gálatas 5:4
Los que por la ley intentáis ser justificados, del Mesías fuisteis desligados. ¡De la gracia habéis caído!

Es humanamente imposible “aprender cognoscitivamente” todo en Cristo. ¿Cómo recordar cada prédica? ¿Cómo llevar el recuento de cada mensaje, o de cada consejo apostólico?
No se trata de entender intelectualmente la vida de Cristo: se trata de una cuestión de genética / naturaleza que despertamos a las palabras, porque es una cuestión de vida, orgánica, como las funciones en nuestro organismo, que no las “manejamos conscientemente”, sino que ocurren respondiendo a una naturaleza, a un metabolismo.

La obra humana, natural o satánica puede empezar por el cuerpo o por las emociones o mente a fin de conquistar la voluntad. Ahí, mata la vida espiritual.
La obra de Dios en cambio comienza por el espíritu, y trae luz a la mente.
La diferencia sustancial entre lo espiritual y lo anímico es que lo espiritual DEPENDE totalmente de Dios, mientras que lo anímico no encuentra su satisfacción o plenitud en Dios.
Un criterio constante en Dios es el siguiente: Él engendra a través de Su Espíritu. Dios engendra, embaraza. La obra de Dios comienza dentro, en la matriz de los hombres.

Mateo 1:18-23
18Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. 19Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto. 20Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. 22Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo:
23HE AQUÍ, LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRÁN POR NOMBRE EMMANUEL, que traducido significa: DIOS CON NOSOTROS.

Cada uno de nosotros en verdad hemos nacido como Jesús: por el Espíritu. Esto es nuevo nacimiento, cambio de naturaleza. “Lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”. “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos *naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios” (Juan 1).
Dios entró -y entra aún- en esta dimensión gestándose en el espíritu de sus hijos.

Es el mismo criterio que la parábola del Sembrador: semillas, tierra, germinación y frutos.

¿Puede el santo orar al Señor para que Él engendre en otras personas Su Vida, o Su Propósito? ¿Tiene la Iglesia Apostólica el poder de gestar a Cristo en otros?
Gálatas 4:19
“Hijos míos, por quienes sufro otra vez dolores de parto, hasta que el Mesías sea formado en vosotros.”
Efesios 1:15-17
15 Por esto yo también, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y del amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesús el Mesías, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de Él
Efesios 3:14-19
14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre,15 del cual toma su nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16 para que os dé, conforme a la riqueza de su gloria, ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite el Mesías por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, y la altura, y la profundidad, 19 y así conocer el amor del Mesías, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Uno de los mayores problemas que ocasiona la inmadurez espiritual es que Dios no puede decirnos cosas importantes. “Orad sin cesar” no es estar de rodillas todo el día hablando. Es tener la conciencia de que Cristo mismo se esta formando en nosotros,
La gestación de Cristo en nosotros. [El principio del iceberg]
Todo lo que esta destinado a ser grande y fuerte, crece antes de manifestarse, y lo hace en silencio. Crece con prudencia. Si es posible, con mucho silencio.
Hermano: Guarda en secreto lo que el Señor te muestra. No todo es para hablarlo, ni mucho menos predicarlo.

Lucas 1:80
80 Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y estuvo en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.

Lucas 2:40
40 Y el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él.

Gálatas 1:15-18
15 Pero cuando el que me separó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, se agradó de 16 revelar a su Hijo en mí para que lo proclamara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre; 17 ni fui a Jerusalén, a los que eran apóstoles antes de mí; sino que me retiré a Arabia, y regresé otra vez a Damasco. 18 Luego, después de tres años, subí a Jerusalén a visitar a Cefas, y permanecí con él quince días.

El iceberg no es fuerte en lo que se deja ver, sino en lo que esta por debajo de la superficie.
Te aconsejo que disciernas, de lo que se te ha dado, qué es para hoy, y qué es para la próxima temporada.

Respeta los tiempos de GESTACIÓN. ¡Se prudente. Guarda silencio! No hables todo con todos. Se medido en tus palabras. Reconoce ámbitos y personas: donde hablar, donde callar. Se fiel y obediente mientras eres formado en lo secreto. Eso fortalece tu hombre interior.
Proverbios 25:2
2 Gloria de Dios es encubrir un asunto,
Pero honra del rey es escudriñarlo.

Piensa en términos de raíces, cimientos, bases, fundamentos. Piensa en conceptos de “GESTACIÓN”, de “embarazo”.
Todo ministerio tiene su parte visible y pública, y su parte íntima y secreta, profunda, reservada para Dios: es el hombre interior.
Allí, el Señor transforma nuestra vida, pero sobre todo, nos prepara para lo que viene. En Cristo, todo avanza: ¿Usted cree que no hay en nosotros una preparación para los planes futuros? En ese lugar secreto se fundamenta y cimienta la madurez necesaria para lo que viene. (en ese lugar secreto se trabajó en el pasado para soportar lo que hoy somos).
Mateo 6:6
6 Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento interior, cierra con llave tu puerta y ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
En este punto se une el crecimiento del hombre interior en la vida de UN creyente con el avance de la obra apostólica. La pregunta es, ¿En que punto mi crecimiento personal impulsa –o retrasa- el ritmo de crecimiento de la Iglesia? ¿Cuándo soy un ancla, y cuando soy un motor?

Si la visión y revelación de Cristo progresa, el Espíritu Santo hoy debe trabajar en nuestro hombre interior para poder sustentar (soportar) la revelación de Cristo reservada para mañana.
Ese lugar secreto, la parte invisible del iceberg (que se protege en nuestras vidas no con agua, sino con prudencia) es en general más profunda y mayor que la que es visible, no solamente en ti, sino en lo corriente de las gentes.
Pero ocurre que la parte secreta está en proceso de madurez. No está reservada para hoy. Hoy quizás es inentendible y anacrónica. Debe quedar por un tiempo por debajo de la línea de flotación.
Pensemos en el joven Jesús. A sus 25 años, ¿no tenía nada que decir? Meses antes de su aparición pública en el bautismo del Jordán, ¿nada tenía para decir? Más aun: siendo ya reconocido como Mesías, muchas cosas debe haberse reservado: era Dios, que se había humillado tomando forma de siervo, y había aprendido obediencia.

Veamos la trascendencia de esta verdad para nuestros días: En un punto dado del tiempo, ocurre el hecho de que una generación forma a otra. A medida que la vida de Cristo fortalece el crecimiento de la segunda, una apertura de visión hay en ella. El caso es que en un punto aun mas especifico, las dos generaciones conviven, mientras pasan la posta. En una carrera atlética, ese traspaso son segundos. En la vida, puede llevar años. Y durante esos años es que debe preservarse la comunión entre ambas generaciones: la primera, la que va dejando su lugar, entendiendo que el Señor crece en su revelación. La segunda, respetando en oración la manifestación precisa de los tiempos de Dios.
Hay visiones que deben quedar por un tiempo por debajo de la línea de flotación. Esta línea es sabiduría y madurez corporativas, que determina qué se muestra, y qué no se muestra.
Lo que aun debe quedar en lo secreto es la gestación para mañana. Es Pablo pasando años en Arabia habiendo visto cosas inefables que Pedro y los demás en Jerusalén no habían visto. Pablo estaba siendo preparado para “lo que venía”.
A quien Dios le permita ver Su Visión con claridad, tendrá que lidiar entre lo que VE, y lo que la mayoría ve. Será una labor dura, porque frente a si tendrá dos imágenes que en verdad son la tensión entre la realidad y la verdad.
Hay un dicho que dice: “La ignorancia es mortal”. Pero en medio de la mediocridad religiosa, la sabiduría de Dios en un hombre lo hace sufriente, y permanentemente atento a no bajar los brazos frente al orgullo.
Romanos 14:1-3, 22
1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Uno cree que se puede comer de todo; otro, que es débil, come verduras. 3 El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.
22 La fe que tú tienes, tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Es MUY PELIGROSA esta situación. Porque si no es manejada desde el espíritu, puede envanecer, enorgullecer, o despertar rebeldía en el hombre.

Lo que está vigente hoy es lo que la Iglesia como cuerpo muestra por encima de la línea de flotación. Ante eso, se espera sujeción.
Sujetate sin rebeldía a las condiciones tal como hoy están. Aun si en lo secreto ves algo mayor, sujetate a lo que hoy es visible. Tu y otros están siendo preparados para mañana: no rompas los tiempos y los planes. Escribe lo que se te muestra hoy: son planes para la próxima temporada.

¡¡¡SUJETATE A TODO LO QUE ESTA VIGENTE HOY!!!. Dios no usa la división para resolver el problema; El usa la cruz.
Este acto de SUJECIÓN es de vital importancia. Imprime en nosotros la mente de Cristo, y nos enseña a morir al yo. ¿Por qué? Porque la profundidad a la que se ha llegado en el secreto excede, muchas veces, a lo que visiblemente se acepta. Y el hombre que carga con ese abismo, debe aceptar y obedecer lo que esta vigente, esperando el día cuando el Señor de vuelta la página generacional. Ahí se podrá bajar la línea de flotación del iceberg, y se descubrirá lo que Él ha estado preparando en el secreto del espíritu de los hombres que aguardaron ese tiempo en sujeción.
El desconocimiento de este proceso ha frustrado a muchos, y muchos han muerto por destapar lo que debía estar en el secreto. Si ha sido tu caso, arrepiéntete, y la restauración será evidente.
Sansón lo destapó. Ezequías también (2 Reyes 20:12-21)

Tenemos dos ámbitos (uno visible, por sobre la línea de flotación, y otro invisible, por debajo de esa línea). Dios habla en ambos.
En el visible, Dios habla con “parlantes” audibles a todos. En una reunión, en un libro.
Por debajo de la línea de flotación, Dios habla con “auriculares”, solo audible para un santo en particular.
Pero todo este proceso, por mas individual que parezca, tiene repercusiones en el Cuerpo de Cristo, por cuanto el desempeño de un hijo de Dios está vinculado al desempeño de otro hijo de Dios: la mala gestión de uno, repercute en otro.


El hombre que ha recibido por parte del Señor algo que aun no es visible –ni públicamente aceptado- debe saber preparar el tiempo para que eso vea la luz. Debe crear un hábitat. Debe construir poder.
Debe gestionar esa sabiduría de Dios a punto tal que “funcione” y dé evidentes frutos. Luego de eso, todos la aceptarán y demandarán su vigencia.
Parte fundamental de esa gestión de dar a luz lo secreto es en oración.
Proverbios 12:23
23 El hombre prudente encubre su conocimiento,
Pero el corazón de los necios hace pública su necedad.


Watchamn Nee escribe en La vida normal de la Iglesia:
Si en verdad somos dirigidos por Dios, ciertamente podemos confiar en que Dios nos abrirá las puertas. Si una iglesia nos recibe, alabemos al Señor; si no, esperemos confiadamente en que El quite el cerrojo de las puertas cerradas. Muchos siervos de Dios confían en que El les abrirá las verdades espirituales, pero no pueden confiar en que El abra las puertas para la recepción de esas verdades. Tienen fe para creer que Dios les dará la luz, pero no tienen fe para creer que El también les dará las llaves para abrir los corazones humanos para que reciban la luz que El ha dado. Así que recurren a métodos carnales y la consecuencia es que se produce mucha división entre los hijos de Dios. Si Dios mismo no quita los obstáculos en nuestras circunstancias, entonces debemos permanecer quietos en donde estamos, y no recurrir a medios naturales, los que con toda seguridad causarán estragos en la iglesia de Dios.


En lo secreto, y declarando palabras proféticas nacidas del Espíritu, se prepara camino legal para que entre el Rey de Gloria.
Tenemos dos ámbitos (uno visible, por sobre la línea de flotación, y otro invisible, por debajo de esa línea). Dios habla en ambos.
¿En que grupo está usted? ¿El Señor le habla solo desde el púlpito o en privado? ¿Cómo te enteras de la Palabra de Dios?
Este es uno de los puntos cruciales de un ministro del Nuevo Pacto.

Un creyente, que se ha guardado en el secreto, siempre se hará una pregunta: ¿Hasta cuándo deberá ser así? ¿Cuál es el tiempo preciso para salir a la luz?
Hay una marca en las Escrituras, representadas con las simples palabras “Hasta que”
Dios se reservó a Si Mismo un misterio escondido, Cristo, “hasta que llego el tiempo de darlo a conocer”.

Existe una llave en detectar “el tiempo justo para dar a luz”.
Un bebe en gestación no puede salir ni antes, ni después. Hay un tiempo. (¡Que no se te pase ese tiempo!)


Luego de la experiencia de la transfiguración en el monte, Jesús les pide a Jacobo, Pedro y a Juan....
Mateo 17:9
9 Y mientras ellos descendían del monte, Jesús les encargó, diciendo: A nadie digáis la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de los muertos.

No podemos asegurar que aquí el Señor nos muestra "la fórmula", pero sí es un perfecto modelo: el tiempo exacto comienza cuando un santo vive la vida de resurrección. Todo hijo de Dios consagrado entiende a la perfección estas palabras: vida de resurrección. Y sólo el Espíritu Santo del Señor nos puede hacer experimentar esa VIDA.
Juan 14:26
26 pero el Paracleto, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os dije.

Lo que se forma en nosotros es una persona: CRISTO. La Iglesia es el ámbito de cuidado de la formación de Cristo en las personas (sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes). Esto es consolidación.
Consolidar y sustentar una visión son dos caras de la misma moneda: asegurarnos el progreso y la madurez de los santos.
Hechos 20:29-32
29 Yo sé que después de mi partida, entrarán entre vosotros lobos feroces que no perdonan al rebaño, 30 y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que hablan perversidades, para arrastrar a los discípulos tras sí. 31 Por tanto, velad, recordando que por tres años, noche y día, no cesé de amonestar con lágrimas a cada uno. 32 Y ahora, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que puede edificar y dar la herencia a todos los santificados.


Y la Iglesia debe ser quien asista al parto de Cristo en nosotros. Porque Cristo, que se ha estado gestando en nosotros por tiempo, un "día” se torna evidente:
Lucas 4:16-20
16Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. 17Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MI, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACIÓN DE LA VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; 19PARA PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE DEL SEÑOR.
20Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en El. 21Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.

Permite que crezca el Cristo que vive en ti: lucha esa batalla, que es la buena batalla de la fe.
Proponte decir: Cristo actúa poderosamente en mi. Mayor es el que está dentro mío que el que está en el mundo.
El Padre esta preparando por debajo de la superficie visible a quienes pisaran finalmente la cabeza de la serpiente.
El lugar secreto es el hombre interior, el hombre espiritual, la dimensión del espíritu. Allí se esta formando Cristo que actúa poderosamente en nosotros. Esta esperando dar a luz.
Dios entra en esta dimensión engendrándose en el espíritu de sus hijos.

Oración:
Señor, perdón por pensarte “fuera” de mi.
Ahora hemos creído que Vos te formas en nosotros. Vos soplas en nosotros tu Espíritu de Vida. Te impartís en cada uno de nosotros, formando a Cristo en nuestro ser, en nuestro hombre interior.
Por la fe activamos el poder embarazador de Tu Palabra.


Padre, levanta y une, engendra y embaraza en cada ciudad hombres, mujeres, jóvenes, que trabajen en equipos, en las cantidades que Vos establezcas, con un corazón quebrantado y humillado a Vos, una mente que comprenda tu mas Alto Propósito, con ojos para verte, y oídos para oírte. Que sean administradores fieles y productivos. Que Tu Propósito sea en sus manos prosperado, y que salgan a cada pueblo y ciudad a destruir las fortalezas en las que ellas confían.
Padre, engendra a través de Tu Santo Espíritu tu mas alto Propósito entre ellos. Embaraza con Tu poder a aquellos escogidos que aun no pueden ver mas allá de la salvación y la vida terrenal.
¡PADRE, EMBARAZANOS CON EL REY!
Tu esposa embarazada. Tu amada, engendrando vida. A través de una palabra, de una semilla, un esperma, la simiente, el semen.
Porque el sembrador salió a sembrar, y germinó en la buena matriz.
Comer a Cristo es un estadío, pero ser “embarazado” de Él, que Él sea formado en nosotros a través de la inseminación del Espíritu, es algo –creo- mayor.