Es
inmenso y mayúsculo el desafío de vivir la vida de Cristo y vivir la vida de la
Iglesia.
Claro
está que bajo esta afirmación no nos referimos al hecho de vivir como
evangélicos, y concurrir semanalmente a un salón auditorio. Nos referimos a
cosas que pertenecen a la vida zoe de Dios, y cuyo alcance son de
discernimiento espiritual.
Para
estos desafíos espirituales se requiere de la mente de Cristo. Ninguna mente
humana logra entender cosas que pertenecen a otra dimensión. Lo que el Espíritu
Santo nos imparte es desconocido para la corta mente humana.
El
viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni
adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. (Juan 3;8).
Debido
a esa brecha indescriptible entre lo humano y lo celestial, es que el evangelio
de Jesucristo y Su Vida misma deja perpleja a las estructuras pensantes de los
hombres. En Cristo todo es nuevo, nada responde a las tradiciones, nada es como
se pensaba. En Cristo se acaban las palabras en el idioma de los hombres, y
comienza la inefable escuela del Espíritu de Dios.
Por
eso la verdad del evangelio presenta, paradójicamente, una permanente "inseguridad",
porque ¡es tan diferente a las estructuras humanas, que es difícil no dudar
frente a ellas!
Mientras
uno camina sobre terreno conocido, transitado, seguro y confirmado, todo es
certeza, seguridad, y confianza. Pero llega un momento en que el camino se
termina, y ya no hay más nada seguro.
Isaías
42:16 Pero haré que los ciegos anden por un camino que no conocían, Haré que
sean conducidos por senderos que ignoraban; Cambiaré las tinieblas en luz
delante de ellos, Y los lugares escabrosos en llanura. Estas cosas haré por
ellos y no los desampararé.
Es
real que Dios revela cosas "que ojo no vio ni oído oyó ni han subido a
corazón de hombre", pero hay que poseer un corazón -una mente- propicia
para entenderle.
Todos
queremos oír algo "nuevo", pero las estructuras tradicionales
-mentales y religiosas- hablan más
fuerte. Lo nuevo de Dios requiere un vaciamiento de tradiciones.
Isaías
43:18-19
18
Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer.
19 Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he
comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en
la tierra árida y baldía.
Vamos
juntos a considerar un pensamiento y una práctica que generan inmadurez entre
los santos.
El pensamiento erróneo: confundir
la "esperanza humana" con la FE.
Todo
hombre conoce y maneja esperanzas: "la esperanza es lo último que se
pierde", se dice popularmente.
Pero
cuando un hombre llega al conocimiento de Cristo, suele confundir esperanza con
FE.
Piensa
que fe es creer que "en el futuro las cosas serán mejores".
"Llegará un día, y ahí seré feliz..."-
Y
la iglesia ha caído en eso.
Muchos
hijos de Dios guardan en sus mentes la idea que dice que la muerte física y
terrenal tiene fuerza redentiva. “Cuando muera, seré libre del pecado”. “Cuando
muera seré perfecto”.
Más
aún: hay quienes pueden llegar a pensar que es “el tiempo” el que me sanará.
La
raíz de toda idea de "esperanza humana" es la ignorancia de que en el
Nuevo Pacto no hay "promesas ni esperanzas futuras": la plenitud no
es algo que vendrá, sino algo que YA ES.
La
mente que permanece en esta ignorancia entra en un círculo vicioso, que es el
ciclo de esperanza - desilusión - esperanza - desilusión...y así, hasta que el
corazón se enferma.
Proverbios
13:12: La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo
cumplido es árbol de vida.
El deseo cumplido.
Cristo
no es esperanza.
Eventualmente
Cristo es esperanza para quien aún no cree, pero es CUMPLIMIENTO para el que ya
cree.
Y
en el Nuevo Pacto no hay "promesas ni esperanzas futuras": la
plenitud no es algo que vendrá, sino algo que YA ES.
¿A
qué llamamos cumplimiento? CUMPLIR es cuando la sustancia reemplaza la sombra.
Y
espiritualmente hablando, el CUMPLIMIENTO es una sustancia eterna, espiritual,
e interna.
Dice
el Ap. Juan Ballistreri:
"Isaías 53 dice: “Por sus
llagas hemos sido curados”. Eso significa que puedes hablar de la sanidad de un
enfermo aun cuando estés en su velorio. Porque cuando las Escrituras dicen “Por
sus llagas hemos sido curados” Dios no está hablando en términos de nuestra
vida, sino en términos eternos de SU VIDA. Entonces alguien se puede morir de
un cáncer y seguir sabiendo en su espíritu que está sano y siempre lo estará.
Porque el pacto de Dios no termina con la muerte sino que es eterno debido al
poder de la Vida de Resurrección. En ese plano de fe, un ungido siempre es
sanado, aunque este en el cajón.
¿Cuánta gente en un velorio
piensa “Yo pensaba que Dios lo iba a sanar”? Si no puedes hablar de la sanidad
del muerto, nunca entendiste lo que es fe.
Un hombre ungido es próspero aun
cuando es pobre, porque la palabra de Dios esta por encima de las
circunstancia."
El
hermano Jason Henderson dice:
"Nosotros estamos experimentando
Su Vida progresivamente, pero la plenitud es ahora y es Cristo. Dios no está
esperando un momento particular para hacer algo adicional.
La iglesia habla de Dios como si
Él estuviera esperando un día, un momento o un suceso natural, pero no es así. El
único tiempo que Dios maneja es AHORA EN CRISTO. En Él, hemos llegado al día
eterno, al eterno ahora.
La plenitud no cambia con el paso
del tiempo; Dios nunca le agregará algo a la gracia que es en Cristo. Si
pudiéramos ver con claridad, entenderíamos que no debemos esperar que Dios haga
algo.
Si Dios no está esperando en el
tiempo, entonces debe estar esperando en NOSOTROS. Si el problema no es con el
tiempo, entonces debe ser con mi corazón. ¡Y no nos gusta encarar eso! No nos
gusta pensar que somos el problema; nos gusta creer que es asunto del TIEMPO
correcto. Sin embargo, ya ES el tiempo correcto y ya estamos en la persona
correcta. ¡El lugar es Cristo, y el tiempo es AHORA!"
No
necesitamos una mayor plenitud; no hay una mayor plenitud que la que ya hemos
recibido.
Pero,
¿Por qué no nos es suficiente saber esto? ¿Por qué no es HOY el mejor día de tu
vida? Porque esperas algo futuro, cuando en realidad la plenitud es AHORA. ¿Qué
estás esperando?
Israel
aún ESPERA....y nosotros, ¿no solemos actuar de igual manera?
Ser
judaizantes es transmitir un espíritu de falta de cumplimiento.
Anticristo
es aquello que no deja vivir o ver el cumplimiento de la verdad, y habla de la
esperanza de algún día...
La idea errónea de pensar que se crece
con “Sermones”.
Estamos
siendo lentos en asir la magna plenitud de todo cumplimento. Y es que estamos siguiendo
la tradicional idea de que los santos crecemos por medio de sermones.
Sermones
y apuntes, mensajes y bosquejos. A ese ritmo queremos crecer. Predicar y tomar
apuntes del evangelio es un sistema rudimentario y lento.
“Predicar”
es trabajar con la esperanza de que algún día se terminará de explicar el
evangelio.
La
idea subyacente es que con cada sermón, se va tipeando una nueva línea
explicativa del evangelio.
Usando una figura ejemplificadora, podemos decir que este sistema de tipeo es como la imprenta de Gutemberg: un sistema de impresión lento y arcaico.
Ahora,
si renunciamos al sistema de "tipeadores" y "hojas en blanco",
dejamos de lado el mundo de las palabras dichas, y accedemos al mundo de la
IMPARTICIÓN.
Se
inserta un software…siempre y cuando usted tenga espacio en el disco.
Se
puede tener un evangelio por tipeo o por impartición: usted elige: son dos
escuelas, dos pactos.
A
Moisés le tipearon unas cuantas palabras en una piedra, pero a nosotros nos
impartieron todo por vida.
Jesús
tipeó algunos sermones mientras estaba en la tierra, pero luego, Él se impartió
a sí mismo, y dijo que el Espíritu Santo les enseñaría todas las cosas. ¿Cómo?
¿Tipeando? No, con impartición.
Hay
que ser maduros y dejar de pensar que en cada reunión estamos tipeando la
"palabra", que en cada reunión nos llevamos un rengloncito más para
aprender.
Dios
no pensó en ir escribiendo hoja por hoja, ni renglón por renglón. Para Dios
está todo cumplido.
Para
nosotros predicar incluye un micrófono: para Dios es impartición de vida.
Dice
A W Tozer:
"Los
corazones capaces de quebrantarse hasta lo sumo, movidos por el amor a Dios,
son aquellos que han estado en presencia de la Deidad, y la han contemplado con
ojos despejados. Los hombres de corazón quebrantado son incomprensibles para la
gente común. Ellos hablan habitualmente con autoridad espiritual. Han estado en
la presencia de Dios, y hablan de lo que han visto y oído allí. Son profetas, no escribas. El escriba
habla de lo que ha leído y estudiado; el profeta relata lo que ha visto y
oído."
¡Estamos
abriendo caminos! ¡Estamos yendo hacia lugares donde nunca ha estado nadie
jamás! Ya llegó el momento en que es imposible transmitir vida usando
palabras....Necesitamos usar las herramientas espirituales que aceleren los
procesos de vida en el espíritu.