En Dios, todo está
todo disponible. Pero eso no implica que yo encuentre todo lo que necesito
realmente, sino que cada uno encuentra lo que -consciente o inconscientemente- está
buscando.
(Como cada cosa
que un hijo de Dios oye de otro, estos dichos deben ser pasados por el tamiz
del Espíritu Santo, y esto que escribo no es una excepción: vea si es correcto).
El principio que
escribo (como hipótesis) es que cada uno encuentra lo que -consciente o
inconscientemente- está buscando.
Eso nos pone en
la situación de pensar profundamente qué es lo que Dios quiere que yo busque,
porque puede ocurrir que en mis humanas necesidades, me dedique a buscar
humanas soluciones, para encontrar humanos consuelos.
Hace un tiempo
escribimos: "¿Quién puede asegurar que sus deseos coincidan a la
perfección con los deseos de Dios? El corazón del hombre, susceptible de ser
engañado, puede ansiar cosas contrarias a la voluntad de Dios.
El hombre, cada
hombre, puede encerrarse en la maraña de sus sueños y deseos, sin darse cuenta
que ellos chocan con el corazón de Dios.
Y supongo que
debe ser horrible que, a causa de nuestra larga testarudez, Dios
diga: "Está bien. Quedate con tus propios planes, y que tus deseos
sean cumplidos".
"Israel,
¿insistes con tener un rey que gobierne tu vida? OK: ahí tienes a tu
Saúl".
Es políticamente
incorrecto decir esto, pero debe ser dicho: espero que los deseos de nuestro
corazón no sean cumplidos.
Aún hay
esperanza mientras renunciamos a nuestros deseos en pos de que Dios cumpla los
suyos en nosotros."