sábado, 21 de noviembre de 2020

“El Señor llamó”.

La centralidad y señorío de Jesucristo no debe mirarse solamente a partir de habernos salvado y librado del pecado.

Su Obra majestuosa en la cruz fue mucho más allá de librarnos del pecado.

Ocurre que muchas veces creemos que Dios recurre a un plan de salvataje mediante Jesucristo, y lo envía a la tierra a morir en la cruz solamente por nuestros pecados. Y esa es una mirada corta, centrada en nosotros, y no nos deja ver que el Mesías en la cruz cubrió y cumplió muchos otros aspectos, que incluyen nuestra salvación, pero hay mucho más. Mucho más.

Más adelante, en el capítulo acerca del Propósito eterno de Dios, abordaremos profundamente Su Voluntad Eterna, pero aquí queremos dejar sentado que:

 

El Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO,

no sólo de la historia terrenal de los hombres.

 

1° Pedro 1:20

 Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros.

La idea más difundida –a la cual consideramos errónea- dice que el Mesías crucificado fue sólo un plan de rescate de Dios frente al pecado del hombre. Pero el Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO, es decir, va mucho más allá de la historia terrenal de los hombres y el pecado.

La idea de que la cruz sea un principio eterno de Dios puede provocar sorpresa en algunos. Pero es así. No se trató de una idea que surgió ante la masacre del pecado. En ese sentido, DIOS NO ES REACTIVO A LAS CIRCUNSTANCIAS.

El principio del Mesías dando Su Vida siempre ha constituido el principio de acción por el cual el Padre ha llevado a cabo su divina intención de DARSE A SÍ MISMO.

El principio de Su Inmolación es que Él se reparte Sí Mismo, ofrece Su Vida, para que sea incrementada y multiplicada en otros. Y esto ocurrió primero en la eternidad, luego se manifestó en el Edén (en el fruto del árbol de la vida) y por último en la cruz del Gólgota.

Profundizaremos estos puntos más adelante. Ahora sólo disfrute de estos hechos que han sido un misterio guardado en el corazón de Dios, y que nos revela por medio de Su Espíritu.

 

En el siguiente apartado, trataremos de dejar una llama encendida al hablar de las 5 ofrendas que se llevaron a cabo con el Mesías en la cruz.

 

Las 5 Ofrendas.

Cuando el hombre sólo ha visualizado su contexto y circunstancia natural, sólo puede entender la cruz como la respuesta de Dios al pecado. Y en verdad la cruz fue la respuesta del Dios al pecado, pero fue algo más.

Al menos 5 cosas pasaron cuando el Cordero Eterno entregó Su preciosa vida en sacrificio.

 

En los primeros siete capítulos de Levítico se presentan las 5 ofrendas que Dios solicitaba y le fue comunicada a Moisés.

 

a)      Holocausto (Levítico 1)

b)      Ofrenda vegetal (Levítico 2)

c)       Ofrenda de paz (Levítico 3)

d)      Ofrenda por el pecado (Levítico 4-5:13)

e)       Ofrenda por la culpa (Levítico 5:14-7:38)

 

Todas estas ofrendas, mostradas como sombras y figuras en el Antiguo Pacto, fueron cumplidas en sustancia real y perfección por el Mesías en la cruz.

Empezaremos a detallarlas de atrás hacia adelante. Luego entenderá por qué.

 

Ofrenda por la culpa.

El hombre peca debido a que tienen en sí la naturaleza de pecado.  En otras palabras, no se hace pecador, sino que nace pecador, porque pecado no son “actos que comete el hombre”, sino una naturaleza, que es ajena a Dios.

Ahora bien: a causa de esa naturaleza, el hombre comete pecados (ahora sí, actos), que derivan de la naturaleza que lo cubre.

Estos pecados (actos) producen culpa y daños que, aunque hayan sido hechos “sin querer causarlos”, deben ser expiados y pagados por medio de una ofrenda sacrificial:

 

Levítico 5:14:16 

14 Habló el Señor a Moisés, diciendo: 15 Si alguno comete una falta y peca inadvertidamente en las cosas sagradas del Señor, traerá su ofrenda por la culpa al Señor: un carnero sin defecto del rebaño, conforme a tu valuación en siclos de plata, según el siclo del santuario, como ofrenda por la culpa. 16 Hará restitución por aquello en que ha pecado en las cosas sagradas, y añadirá a ello la quinta parte, y se lo dará al sacerdote. Y el sacerdote hará expiación por él con el carnero de la ofrenda por la culpa, y le será perdonado.

 

Mateo 26:26-28 

26 Y mientras ellos comían, tomó Jesús un pan, y habiendo pronunciado la bendición, lo partió, y dándolo a los discípulos, dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo. 27 Y tomando una copa, dio gracias y se la dio, diciendo: Bebed de ella todos, 28 porque esto es mi sangre del pacto, la cual es derramada a favor de muchos, para perdón de pecados. [1]

 

Vemos entonces que la obra perfecta del Cordero de Dios pagó el precio por la culpa de los pecados.

 

Ofrenda por el pecado

Levítico 4:4-12

 4 Traerá el novillo a la puerta de la tienda de reunión delante del Señor, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará delante del Señor…… 

 

Note esto: quien traía el novillo (es decir quien necesitaba el beneficio de la ofrenda) tenía la oportunidad de poner su mano sobre la cabeza del novillo, lo cual significaba transferirle su pecado a quien iba a ser sacrificado.

 

Él tomó nuestra posición con todas sus consecuencias, para que nosotros pudiésemos tener la Suya y sus consecuencias.

2 Corintios 5:21

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.

 

Considere querido lector este punto vivencial y profético: lo que significa el acto espiritual de transferencia de nuestro pecado al cordero eterno. No es una revelación más: no es un simple “levantar la mano” en la congregación. Es un acto trascendental, cuando entendemos en nuestro espíritu que hemos “puesto nuestra mano en el Cordero para que lleve nuestro pecado”.

Esta es una de las marcas que dan testimonio en nuestro espíritu del nuevo nacimiento: que sabemos con convicción que a Él entregamos una naturaleza muerta, y Él la llevó a Su cruz.

 

Volvemos a Levítico 4:

5 “Luego el sacerdote ungido tomará de la sangre del novillo y la traerá a la tienda de reunión, 6 y el sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará de la sangre siete veces delante del Señor, frente al velo del santuario. 7 “El sacerdote pondrá también de esa sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático que está en la tienda de reunión delante del Señor, y derramará toda la sangre del novillo al pie del altar del holocausto que está a la puerta de la tienda de reunión. 8 “Y quitará toda la grasa del novillo de la ofrenda por el pecado: la grasa que cubre las entrañas, toda la grasa que está sobre las entrañas, 9 los dos riñones con la grasa que está sobre ellos y sobre los lomos, y el lóbulo del hígado, que quitará con los riñones 10 (de la manera que se quita del buey del sacrificio de las ofrendas de paz); y el sacerdote los quemará sobre el altar del holocausto. 11 “Pero la piel del novillo y toda su carne, con su cabeza, sus patas, sus entrañas y su estiércol, 12 es decir, todo el resto del novillo, lo llevará a un lugar limpio fuera del campamento, donde se echan las cenizas, y lo quemará al fuego sobre la leña; lo quemará donde se echan las cenizas.

 

Parte de esta ofrenda por el pecado - al igual que la ofrenda por la culpa- era quemada dentro del campamento....sólo una parte. Pero otra gran parte se quemaba fuera del campamento, lo que significaba que habían residuos indignos.

El escritor de Hebreos pone luz sobre el significado de la parte que se quema fuera del campamento:

Hebreos 13:12 

Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.

Ofrenda de paz (u ofrenda de comunión).

Esta ofrenda por la paz es distinta a las 2 anteriores. Esta ofrenda es una ofrenda de olor grato y fragante al Señor:

Levítico 7:28-36

28 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29 Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30 Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31 Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32 Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33 El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34 Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 36 la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.

 

Recuerde querido lector que estamos planteando la centralidad de Cristo: describiendo a la Persona central de la creación, quien sostiene todas las cosas con Su Palabra, y quien se dio a Sí Mismo como ofrenda, para repartirse en todos.

Y en esta ofrenda de Paz, el pensamiento central es la comunión de Dios con el Hijo y con el adorador. Cuando el Mesías fue a la cruz, perfeccionó la adoración y la intimidad. De esto trata esta ofrenda. De la comunión, compartir el alimento en comunión con Dios y en comunión con mis compañeros de sacerdocio. Porque en ella, los hijos de Aarón participaban de la mesa y la comida junto con otros hermanos, y con Dios mismo.

Me alimento con el feliz conocimiento de que el mismo alimento que me alimenta satisface el corazón de Dios. Y la misma porción que me alimenta, alimenta a mis compañeros en adoración: comunión con Dios y con los santos. El profundo espíritu de la cena del Señor engloba este sacrificio.

Cuando nuestro Señor Jesucristo fue a la cruz, cumplió a la perfección esta ofrenda, y perfeccionó la más pura unidad de Dios con el Hijo y con Su pueblo.

1 Juan 1:3

3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

 

Lea querido lector nuevamente el pasaje anterior de Levítico 7:28-36, y observe que allí´ se prepara un banquete, donde nuestro Padre permite a sus hijos comer parte de la ofrenda que Él mismo acepta.

Y aquí ya no hay nada que tenga que ver con pecado ni culpa, por ello se trata enteramente de una ofrenda de olor fragante para Dios. Atrás, muy atrás quedó el pecado. Ahora el Mesías como sacrificio perfecciona la comunión, la unidad y la adoración.

 

Considere que hay un orden en las 5 ofrendas que estamos entendiendo. Y nuestro camino en ellas debe ser ordenado...comenzando a cumplir y vivir primero la ofrenda por la culpa y el pecado, lo que continúa en la revelación de la ofrenda de paz, para continuar aclarando la cuarta ofrenda:

 

Ofrenda vegetal -o de cereal-

Es la cuarta ofrenda, pero la segunda de olor fragante.

Esta ofrenda se refiera a Cristo como el hombre perfecto y puro. Observamos aquí su maravillosa Persona y su vida santa, sin mancha, que siempre fue un grato olor para Dios. Tampoco aquí hay presencia de pecado ni culpa: cosas que quedaron atrás.

Recuerde que:

 

El Mesías crucificado es parte de la cosmovisión del PACTO ETERNO,

no sólo de la historia terrenal de los hombres.

 

Levítico 2:1-3 

1 “Cuando alguien ofrezca una ofrenda de cereal como ofrenda al Señor, su ofrenda será de flor de harina, sobre la cual echará aceite y pondrá incienso. 2 “Entonces la llevará a los sacerdotes hijos de Aarón; y el sacerdote tomará de ella un puñado de la flor de harina, con el aceite y con todo su incienso. Y el sacerdote la quemará como memorial sobre el altar; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor. 3 “El resto de la ofrenda de cereal pertenece a Aarón y a sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas encendidas para el Señor.

 

La ofrenda vegetal apunta a Dios hecho hombre: a Jesucristo hombre.

El pan que se cocía para esta ofrenda estaba hecho de flor de harina y aceite. La flor de harina tipifica Su humanidad impecable y perfecta. El aceite nos habla de la gracia y el poder del Espíritu Santo, que siempre caracterizaron la vida del Señor.

En esta ofrenda no había derramamiento de sangre porque nos habla de las perfecciones de la vida de Cristo. Es decir que aquí no hay una figura de Cristo llevando sobre sí el pecado: aquí prefigura Su Perfecta Vida en la tierra.

El hermano Jason Henderson escribe:

“No tiene levadura, es decir, no tiene nada de lo primero, nada de Adán. La levadura es un cuadro muy interesante, porque es algo que crece, es algo que vive en el pan, que afecta la masa; un poquito de levadura puede afectar toda la masa.

Nadie podía ofrecerle a Dios una ofrenda con levadura.”

 

El autor McKintosh agrega sobre esta misma ofrenda:

“Pero en la ofrenda vegetal o de cereal ni siquiera había derramamiento de sangre, encontramos en ella una hermosa figura de Cristo, como vivió, anduvo y sirvió en la tierra.

Sin embargo, existe una consideración que debe pesar grandemente en las apreciaciones de todo cristiano: la naturaleza vital de la doctrina de la humanidad de Cristo. Se encuentra en el fundamento mismo del cristianismo; y, por esta razón, Satanás ha buscado diligentemente, desde el principio, inducir a la gente a error a este respecto.”

 

McKintosh agrega:

“Casi todos los errores principales que se han introducido en la iglesia revelan el propósito satánico de minar la verdad en cuanto a la persona de Cristo. Y hasta hombres piadosos al pretender combatir esos errores caen, en muchos casos, en errores del lado opuesto. De ahí la necesidad de prestar atención a las propias palabras que el Espíritu Santo hizo uso para revelar este sagrado y profundo misterio.”

 

Levítico 6:14-18

14 “Esta es la ley de la ofrenda de cereal: los hijos de Aarón la presentarán delante del Señor frente al altar. 15 “Entonces uno de los sacerdotes tomará de ella un puñado de flor de harina de la ofrenda de cereal, con su aceite y todo el incienso que hay en la ofrenda de cereal, y la quemará sobre el altar; es aroma agradable, su ofrenda memorial para el Señor. 16 “Y lo que quede de ella, Aarón y sus hijos lo comerán. Debe comerse como tortas sin levadura en lugar santo; en el atrio de la tienda de reunión lo comerán.17 “No se cocerá con levadura. Se la he dado como parte de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.18 “Todo varón entre los hijos de Aarón puede comerla; es una ordenanza perpetua por todas vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para el Señor. Todo lo que las toque quedará consagrado.”

 

Aquí tenemos una figura de la Iglesia alimentándose en el LUGAR SANTO, en el poder de la santidad de las perfecciones del HOMBRE JESUCRISTO. Es nuestra porción.

 

Holocausto.

En nuestro estudio y abordaje, se trata de la quinta ofrenda. Pero como mencionamos, nosotros estamos estudiando las ofrendas de atrás hacia adelante, por lo que en realidad, desde el punto de vista de Dios, esta es la primer ofrenda. El Holocausto.

 

Levítico 1:1-9    

1 El Señor llamó a Moisés y le habló desde la tienda de reunión, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: “Cuando alguno de vosotros traiga una ofrenda al Señor, traeréis vuestra ofrenda de animales del ganado o del rebaño. 3 “Si su ofrenda es un holocausto del ganado, ofrecerá un macho sin defecto; lo ofrecerá a la entrada de la tienda de reunión, para que sea aceptado delante del Señor. 4 “Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él. 5 “Entonces degollará el novillo delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la rociarán por todos los lados sobre el altar que está a la entrada de la tienda de reunión. 6 “Después desollará el holocausto y lo cortará en pedazos. 7 “Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña sobre el fuego.8 “Luego los sacerdotes hijos de Aarón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. 9 “Pero las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

 

El holocausto era el sacrificio de más elevado orden, porque representaba Cristo ofreciéndose a Sí mismo a Dios. Cristo en el holocausto se ofrece a Sí Mimos exclusivamente para la vista y el corazón de Dios.

Sólo el Padre podía apreciar toda lo que allí sucedió. En este punto, la cruz encierra algo que solo la mente divina puede leer. Ni los hombres ni los ángeles pueden siquiera percibir las grandezas del holocausto. Entre el Gólgota y el cielo nadie podría haber decodificado el mensaje.

En el holocausto tenemos una figura de Cristo que "se ofreció a si mismo inmaculado a Dios": sin rastro del pecado.

¿Quién podría haber sondeado la pureza más perfecta que ha existido en la creación? Solo Dios, solo Él puede haber DISFRUTADO de la ofrenda del Holocausto, porque nadie conoce al Hijo sino el Padre.

 

Hebreos 10:5-10

Sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mi;

6 en holocaustos y sacrificios por el pecado no te has complacido.

7 Entonces dije: “He aquí, yo he venido (en el rollo del libro esta escrito de mi para hacer, oh Dios, tu voluntad.”

8 Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley), 9 entonces dijo: He aquí, yo he venido para hacer tu voluntad. El quita lo primero para establecer lo segundo. 10 Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre.

 

Levítico 1:4       

4 “Pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y le será aceptado para hacer expiación por él.."

 

Ya aquí el poner la mano sobre la cabeza de la ofrenda no era para transferir el pecado ni la culpa, sino como completa identificación y unidad entre el oferente y la ofrenda, y su más íntima consustanciación.

 

1 Juan 4:17       

17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.

 

1 Corintios 6:17

17 Pero el que se une al Señor, es un espíritu con El.

 

El Holocausto es otra dimensión, donde ya no hay pecado, ni rastro de él. De hecho, “los hijos de Aarón” preparaban la leña y el fuego no como “pecadores perdonados”, sino como casa sacerdotal santa, en adoración:

 

Levítico 1:7-9    

“Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego en el altar, y colocarán leña sobre el fuego. 8 “Luego los sacerdotes hijos de Aarón arreglarán las piezas, la cabeza y el sebo sobre la leña que está en el fuego sobre el altar. 9 “Pero las entrañas y las patas las lavará él con agua. Y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar como holocausto; es ofrenda encendida de aroma agradable para el Señor.

 

Hemos visto hasta aquí 5 ofrendas, 5 aspectos que cubrió nuestro precioso Señor Jesucristo en la cruz. La ofrenda por la culpa y el pecado eran “quemadas fuera” del campamento, porque en ellas había los restos del pecado. Pero la ofrenda de paz, la ofrenda vegetal y el holocausto eran de olor agradable al Señor.

En las primeras había dolor. En las otras, disfrute: fueron dos copas distintas que el Señor tenía que beber:

Lucas 22:42      

42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Juan 18:11        

11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?

 

 

Hemos estudiado las ofrendas en este orden:

 

  • Ofrenda por la culpa; Ofrenda por el pecado; Ofrenda de paz; Ofrenda vegetal; Holocausto.

 

Pero la Escritura, en Levítico, las enumera en sentido contrario:

 

  • Holocausto; Ofrenda vegetal; Ofrenda de paz; Ofrenda por el pecado; Ofrenda por la culpa.

 

¿Por qué hemos intercambiado el orden? Porque nuestro Dios viene a nuestro encuentro es un sentido…desde el Holocausto. Y nuestro camino hacia Su encuentro comienza por la ofrenda por la culpa. Pero en un sentido o en otro, el encuentro eterno de Dios con el hombre es en la ofrenda perfecta: en la Persona de JESUCRISTO.

 

Todos los nombres de los libros de la Toráh han sido cambiados y manipulados por los traductores. En realidad, cada libro de la Toráh lleva el nombre de sus primeras palabras. “Bereshit” significa “En el principio”. En español se le llamado Génesis.

¿Cómo comienza el libro que conocemos como Levítico? Con la palabra VAYIKA, que significa "El Señor llamó”.

El Padre llamó desde la eternidad, y habla del Holocausto. El hombre comienza con la expiación del pecado y la culpa. Dios va en dirección al hombre, y Su Llamado atrae al hombre. Dios desde Su Eternidad....el hombre desde su pecado....ambos convergen en la cruz.

Todo este proceso ocurre cada día en la vida de cada santo: cada día, y de manera creciente, cada santo va creciendo en el proceso...pero también ocurre corporativamente a TODO el HIJO, hasta llegar a la estatura del varón perfecto.

 

1 Juan 3:1-3

1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro. 

 



[1] Si quiero entender el valor de la Sangre debo aceptar la importancia que Dios le da. La sangre del Mesías no tiene el valor que yo le atribuyo, sino el valor que Dios le da. Y recordemos que la sangre del Mesías satisface la deuda de justicia que tenemos con Dios.

viernes, 19 de junio de 2020

Reseña del libro "El sistema de la iglesia ramera", de Charles Elliot Newbold jr.

Isaac Penington escribió en 1667 que cuando su corazón comenzó a permitir que el Señor lo iluminara, el Espíritu de Dios  lo condujo a huir de las "tradiciones eclesiásticas cristianas" y lo guió a participar en la hermandad de quienes anhelaban una vida profunda en el Señor. Del consejo de alejarse de la religión, "tanto las Escrituras como el Espíritu de Dios me dieron testimonio", escribe este santo.
No es inusual encontrar escritos, testimonios, o referencias de hombres y mujeres en Cristo que, en un momento dado de su vida profunda en el Señor, fueron conducidos a salir de las estructuras eclesiásticas de su tiempo. Solemos pensar que sólo en estos días el Señor está abriendo vías de escape de las religiones, y abriendo La Puerta a la Vida más pura y profunda en Cristo, pero en verdad esto ocurre y ocurrió también en cada punto de la historia donde uno pose su vista. En cualquier época en la que busquemos hombres y mujeres que salieron de la religión, los encontraremos. Y es que no es una cuestión de este tiempo, ni de otro tiempo: es cuestión de lo que busca y anhela el corazón de los santos.
Hace algunos años, frente a la atrocidad desplegada por las estructuras religiosas, corría por nuestra mente la pregunta de cómo cambiar esas estructuras a fin de que los santos pudiésemos vivir plenamente la vida de Cristo en vez de la vida institucionalizada de "esa cosa llamada iglesia religiosa". En una conversación con un hermano, su respuesta fue clara: "Las estructuras religiosas son sostenidas por la ceguera de las personas, pero cuando un santo es transformado por la vida del Señor, indefectiblemente deja esas estructuras. No es una cuestión de cambiar estructuras, sino de transformar corazones".
No se trata de dilucidar las formas correctas o incorrectas de practicar la vida de iglesia. NO. Primero se trata de ver si estamos en la vida de fe en Cristo Jesús. Y si decimos que si, seguramente sentiremos urticaria frente a los ritos que tan alegremente celebra esa cosa que llaman religión cristiana.
Aquí recomendamos el libro "El sistema de la iglesia ramera" de Charles Elliot. Es un libro tremendamente confrontativo con "esa cosa que llaman iglesia". El autor se levanta -con conocimiento de causa, y con la luz del Espíritu- contra toda estructura que la religión carnal de los hombres ha levantado. Se llame como se llame esa religión o denominación, la raíz de ella es la carne, la naturaleza ajena a Dios.
El autor no hace otra cosa que traducir en palabras lo que un santo ya puede haber visto en su espíritu si se ha propuesto a salir de "Babilonia, la ramera".
En las primeras hojas del libro, el autor confronta con el bisturí de la verdad:
"Se nos ha hecho creer que esta cosa que llamamos iglesia es de Dios y que nuestra membresía y participación en ella es esencial para nuestro caminar cristiano cuando de hecho, es un sustituto idolátrico de Jesús, y con frecuencia, un estorbo para caminar con Él. 
Hemos confundido nuestra relación con Cristo fusionándola con esta cosa que llamamos iglesia. Somos llevados a creer que cuando estamos en una relación correcta con ella, estamos en una relación correcta con Cristo, que tenemos que ser miembros de una iglesia para ser salvos o para ser un buen cristiano: que servir a ella es servir a Cristo, que amarla es amar a Cristo, que diezmar para ella, es diezmar para Cristo".

Se suele pensar que si algo no "es de Dios, se caerá pronto". Error: la religión es algo que está en la tierra desde la caída del hombre, y estará hasta el final de los tiempos.
Para este libro, como para otros que comparten similar tenor, solemos repetir el mismo consejo: las religiones están llenas de "vacas sagradas" protegidas por aquellos que sacan provecho de ellas. Este libro expone a estas vacas sagradas de la estructura religiosa. 
Pensé decenas de veces si recomendar este libro o no, porque es muy fuerte. Y lo hago porque creo que es una obligación de cada uno de nosotros alertar al resto de los santos si hemos detectado algo que creemos es contrario a Dios.
Si crees que en la "llamada iglesia" (religiosa, y con minúsculas) está todo bien, y te ofende que toquen tus dogmas, cultos o creencias religiosas, POR FAVOR NO LEAS este libro, porque es realmente fuerte.
Pero léelo si el Señor ya te mostró esa manipulación a la que se dedica "Babilonia", si ya saliste de ella y ahora aspiras a crecer en la vida y libertad en Cristo Jesús.

(El libro puede bajarse gratis en pdf o leerlo en la web haciendo CLICK ACÁ)



viernes, 17 de abril de 2020

GRANDE ES ESTE MISTERIO


En nuestra vida en Cristo (creo que así se le llama, y no "vida cristiana") es prioritario entender nuestro origen, de dónde venimos.
Ese entendimiento puede hablarse, estudiarse, anunciarse mediante "sermones", pero en esencia es algo que se aprehende profundamente, se acepta como parte propia, y  pasa a ser parte de nuestra identidad.
La Iglesia nace en Cristo, antes de la fundación del mundo. De allí venimos, y esa es nuestra verdadera identidad. Los años que hemos estado en esta tierra (40, 50 o 90 años) son parte de una circunstancia que suele opacar nuestra trascendencia eterna.
Estuvimos siempre "en Cristo", y si bien es cierto que de Él nos apartamos, ya fuimos nuevamente reconciliados.
Ahora bien, ¿qué quiere decir que fuimos reconciliados? ¿que nos abuenamos con ÉL? ¿que nos acercamos a Él? ¿que nos volvimos a unir? Todas estas ideas son cortas, escasas, no describen tamaña verdad.
En el siguiente pasaje hay un misterio escondido:

Génesis 2:21-24
21 Entonces DIOS hizo caer al hombre en un profundo adormecimiento, y se durmió. Luego tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que DIOS  había tomado del hombre hizo una mujer, y la llevó al hombre. 23 Y el hombre exclamó: ¡En verdad ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Por esto será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne.

A través de esta figura, Dios nos muestra algo bello: la "Varona" no fue creada en el momento en que se encuentra este pasaje, sino que fue creada junto con el Varón, pero estaba dentro de Adán. Sólo se requería que Adán "cayera en un sueño profundo" para que Dios pudiera sacar a la varona que ya estaba dentro, en Él.
La varona no era simplemente parecida a Adán, ni era alguien muy cercana. Ni siquiera podemos decir que tenían "un vínculo estrecho": en realidad era la misma vida de Adán, que se multiplicó en ella.
Y estos hechos, descriptos en Génesis 2, son figuras de algo mayor, del Mesías en la cruz, siendo "dormido en un suelo profundo", su costado abierto con una lanza, para que de Él saliera su esposa, su amada, su misma vida en otra persona, la Iglesia.

Efesios 5:28-32
El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de su cuerpo. 31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 
32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 

Grande es este misterio, y es necesario aprehenderlo, para saber de Quién venimos.



jueves, 2 de abril de 2020

EL ARTE DEL JUICIO


 En los términos de Dios, no puedo - y tal vez no debo - ayudar a otro en su madurez espiritual, hasta que ese proceso no haya comenzado sanamente en mí.

No es egoísta pensar que, primeramente, debo permitir que la obra de Dios sea en mí, antes de comenzar a servir a otros.
La responsabilidad para caminar en la madurez del Señor es de cada uno, primeramente. Porque por designio de Dios, no puedo avanzar a "quitar la paja en el ojo ajeno si no he quitado la viga en el mío".

En los términos de Dios, hay una palabra que siempre mal interpretamos. Me refiero a la palabra JUICIO. Para muchos, esa palabra es sinónimo de sentencia, o condenación. Pero JUICIO significa la capacidad de separar correctamente una cosa de otra, discernir, reconocer lo puro de lo impuro. Y esa separación (juicio), siempre debe empezar por uno mismo si queremos respetar el proceso legal de Dios.
Ese juicio es indispensable para separar en nosotros lo santo de lo impuro, la verdad de la mentira, lo humano de lo divino, la luz de las tinieblas. Porque si no logro separar y reconocer eso en mí, ¿cómo lo reconoceré en otros? Si no detecto las mentiras en mí, ¿puedo detectarlas en otros?

Mateo 7:1-5 (LBLA)
1 No juzguéis para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá. 3 ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: «Déjame sacarte la mota del ojo», cuando la viga está en tu ojo? 5 ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

El fin del juicio es la purificación, porque quien se somete al justo juicio de Dios transita el camino del dolor del quebrantamiento, pero sin saberlo se dirige a ver la claridad de la verdad.
Es indispensable comenzar así este proceso de juicio, para poder detectar la verdad en otros, o detectar la mentira. Porque quien no ha entrado en el proceso de juicio, no distingue la oscuridad de la luz.

Mateo 7:12-14 (LBLA)
12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron cuando oyeron tus palabras? 13 Pero Él contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 

En la justicia de Dios, el juicio siempre empieza por casa, por uno mismo. Eso es lo que cada uno debe administrar al comienzo de su vida en Cristo.
En muchos ambientes se encarga a los recién convertidos a "activarse en el servicio", al activismo como muestra de madurez. Es doloroso que no se prescriba el silencio, la meditación en las Escrituras, el ministrar al Señor durante años, la aplicación de la cruz en el alma, para luego, después de mucho en esta ministración, salir aprobados del juicio personal, y poder caminar con la lente limpia.
Para quien no ha transitado este camino, el riesgo es alto: será llevado por otros que tampoco han caminado el camino a la pureza de la verdad.
Pero quien lo ha pasado, ha separado lo natural de lo espiritual, ha aprendido a leer el mensaje que otros no ven, puede discernir afuera lo que primero discernió en su hombre interior, porque aprendió el arte del juicio.

1 Corintios 2:14-16 (LBLA)
14 Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente. 15 En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie. 16 Porque ¿quién ha conocido la mente del Señor, para que le instruya? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

jueves, 6 de febrero de 2020

EL CUERPO YA ESTÁ COMPLETO.


Durante mucho tiempo tuve la imagen de que el cuerpo de Cristo, la Iglesia, era como una especie de rompecabezas, que se iba formando con la vida, servicio o aporte de cada uno de los santos.
Bajo esa idea, el cuerpo de Cristo estaba siempre incompleto, esperando el agregado de una nueva pieza que debía sumarse.
Pero una claridad mayor surgió con esta siguiente figura: el cuerpo de Cristo ya está formado, completo, de igual manera que un bebé por nacer ya está genéticamente completo, aunque aún reste su desarrollo y crecimiento y madurez de sus miembros.
De nuevo: el cuerpo de Cristo ya está formado, completo, aunque aún reste que sea más nítida su imagen.
Otro ejemplo: imagine que a alguien le han tomado una fotografía tan pixelada y tan fuera de foco, que no se distingue nada de su rostro. Pero se puede comenzar un proceso de ganancia de calidad, para que cada vez sea más claro y nítido el rostro. En la foto, la persona estuvo siempre, y estuvo completa. Sólo que está en un proceso de clarificación y nitidez.
Así es el cuerpo de Cristo: ya está completo, esperando la clarificación y pureza que le da la vida de cada uno de nosotros en particular.

martes, 28 de enero de 2020

QUE NUESTROS DESEOS NO SEAN CUMPLIDOS (II)


En Dios, todo está todo disponible. Pero eso no implica que yo encuentre todo lo que necesito realmente, sino que cada uno encuentra lo que -consciente o inconscientemente- está buscando.
(Como cada cosa que un hijo de Dios oye de otro, estos dichos deben ser pasados por el tamiz del Espíritu Santo, y esto que escribo no es una excepción: vea si es correcto).
El principio que escribo (como hipótesis) es que cada uno encuentra lo que -consciente o inconscientemente- está buscando.
Eso nos pone en la situación de pensar profundamente qué es lo que Dios quiere que yo busque, porque puede ocurrir que en mis humanas necesidades, me dedique a buscar humanas soluciones, para encontrar humanos consuelos.
Hace un tiempo escribimos: "¿Quién puede asegurar que sus deseos coincidan a la perfección con los deseos de Dios? El corazón del hombre, susceptible de ser engañado, puede ansiar cosas contrarias a la voluntad de Dios.
El hombre, cada hombre, puede encerrarse en la maraña de sus sueños y deseos, sin darse cuenta que ellos chocan con el corazón de Dios.
Y supongo que debe ser horrible que, a causa de nuestra larga testarudez, Dios diga: "Está bien. Quedate con tus propios planes, y que tus deseos sean cumplidos".  
"Israel, ¿insistes con tener un rey que gobierne tu vida? OK: ahí tienes a tu Saúl".
Es políticamente incorrecto decir esto, pero debe ser dicho: espero que los deseos de nuestro corazón no sean cumplidos.
Aún hay esperanza mientras renunciamos a nuestros deseos en pos de que Dios cumpla los suyos en nosotros."

viernes, 1 de noviembre de 2019

A Su tiempo....

Pasó tanto tiempo, que ya no recuerdo cuándo fue que me empezó a llamar la atención la seca esterilidad de un cactus que tenemos en el balconcito de casa.
Cada vez que me tocaba regar las plantas de al lado, y al mirar ese cactus, me venía la idea de cómo se estaba secando, o cómo dejaba pasar los días con su pinta de nada, con su tierra sequísima, con sus brazos amarronados.
Su imagen me servía de imagen real de lo que significaba no dar frutos. Nunca dejó de pasarme eso: verlo, y pensar que no cumplía con su función, que no fructificaba, que no aprovechaba lo que Dios le había dado.
Me molestaba que cada vez que salía al balcón, se me viniera ese tipo de pensamiento.
Ayer, mi esposa me llamó para mostrarme cómo había amanecido ayer el cactus. Es difícil describir el amarillo poderoso de una flor abierta de par en par, y el naranja incipíente de la segunda gran flor.
Lo que parece muerto, lo que parece estéril, hay que esperarlo hasta el final. Dios tiene sus tiempos, así como para una simple planta, también para la aparición de los frutos eternos en una persona.
Los tiempos los maneja Él. Pero cuando algo florece, todos disfrutamos.